2008-02-01

BLACK MOON

BLACK MOON

Director: Roy William Neill. Con Jack Holt, Dorothy Burgess, Fay Wray. USA 1934

¡Menuda sorpresa, pimpollos! ¡Una joya clásica, de 1934, gran cosecha, y que me quedaba todavía por descubrir! Roy William Neill es su director, un talento olvidado por los críticos seriotes a quien las personas cabales debemos agradecimiento eterno por habernos legado maravillas como Frankenstein meets the Wolfman o casi todos los títulos de la serie de Sherlock Holmes con Basil Rathbone, nada menos!

Historia de posesión febril y alucinada, cuenta cómo la feliz madre de familia Juanita Pérez (sí, así se llama) regresa desde su residencia de Londres a la isla tropical que le vio nacer. Allí no tardará en recobrar su pasado como niña educada por su Nanny negra en las verdades del vudú, se consagrará sacedotisa del culto infame y practicará sacrificios humanos a la Luna Negra, incluyendo, en escena final cumbre, el de su propia hija de cuatro años. Muy bien graduada desde el comienzo hogareño hasta el climax final, el resonar de los tambores persiste durante casi toda la película creando una impresión de amenza numinosa que se concretará en el asedio de los negros -una masa subhumana y maligna que vocifera y danza en frenesí- a la casa donde los escasos colonos blancos se concentran.

La verdad es que aunque esté hecha veinte años antes, parece de Val Lewton, no le hace falta sacar ni siquiera un zombie para crear una atmósfera opresiva e irreal, esencia e intención de esta Black Moon. Todo conduce poco a poco hacia el hechizo: unas canciones salmodiadas junto a la cuna de la niña víctima; un muñeco con alfileres clavados; la llamada salvaje que Juanita siente voluptuosa como el retorno a un mundo de pasiones sin freno; el hipnótico ritmo de los timbales; unos diálogos grandilocuentes y tenebrosos, como los que dirige hacia la noche la mujer blanca de alma envenenada por el vudú... "Este lugar es parte de mí, Steve. Cada rincón de la jungla, cada sombra, esa música que tú no puedes oír... Por primera vez en muchos años encuentro la paz".
Una obrita maestra del fantástico subespecie Voodoo films, fresca aún y digna de paladares exquisitos.

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